Si tus plantas de tomate en el jardín no están creciendo como deberían y, en cambio, están pequeñas y amarillentas, es hora de considerar el uso de un fertilizante natural que puede transformar tu cultivo. Una infusión de estiércol es la solución perfecta, llena de una variedad de micro y macroelementos esenciales para el desarrollo de las plantas, como nitrógeno, potasio y calcio, entre otros. ¡Los resultados te sorprenderán!
Esto es lo que necesitarás:
- Medio balde de estiércol fresco
- Agua
Procedimiento:
- Coloca el estiércol dentro del balde y añade agua hasta llenarlo. Revuelve bien para asegurar una mezcla homogénea.
- Cubre el balde con una tapa y deja que el estiércol infusione de 7 a 10 días.
- Pasado este tiempo, la infusión debe diluirse antes de su uso. Mezcla 200-250 ml de la infusión en 10 litros de agua. Asegúrate de regar bien el suelo alrededor de las plantas antes de aplicar el fertilizante, vertiendo aproximadamente 10 litros de agua alrededor de 4 plantas de tomate.
La primera aplicación del fertilizante debe realizarse dos semanas después de trasplantar las plántulas de tomate al jardín. La segunda aplicación puede hacerse de 10 a 14 días después de la primera, según las necesidades de las plantas. Vierte aproximadamente 350 ml de la solución diluida en un agujero hecho entre las 4 plantas de tomate.
Después de aplicar el fertilizante, es recomendable regar el suelo con otros 5-10 litros de agua. Los resultados serán visibles en aproximadamente una semana, con las plantas de tomate mostrando un crecimiento vigoroso.
Con este fertilizante natural, aseguras un crecimiento saludable y rápido para tus plantas de tomate, logrando una cosecha abundante. ¡Disfruta de tu éxito en la jardinería! 🌱