Los chiles rellenos de queso en caldillo de tomate son una receta tradicional mexicana llena de sabor y texturas. El contraste entre el chile poblano asado y el suave queso Oaxaca, combinado con una salsa de tomate casera, hace de este platillo una verdadera delicia. A continuación, te explicamos cómo preparar esta receta paso a paso para que puedas disfrutarla en casa.
Ingredientes:
- 6 piezas de chile poblano
- 1/2 kilo de queso Oaxaca
- 5 piezas de huevo
- 1/4 de taza de harina de trigo
- Aceite vegetal para freír
- 1 kilo de tomate rojo
- 1/2 pieza de cebolla chica
- 2 dientes de ajo
- 3 tazas de caldo de pollo
- Sal al gusto
Preparación:
- Asar los chiles:
Comienza por asar los chiles poblanos. Colócalos directamente sobre la flama de la estufa hasta que la piel se queme completamente. Gira los chiles para asegurarte de que se tuesten de manera uniforme. Una vez asados, colócalos dentro de una bolsa de plástico y déjalos reposar por unos minutos. Esto ayudará a que la piel se desprenda con facilidad. - Pelar y desvenar los chiles:
Una vez que los chiles se hayan enfriado, retira la piel con cuidado. Luego, haz un corte a lo largo de cada chile y con mucho cuidado, retira las semillas y las venas. Asegúrate de lavar bien los chiles y secarlos con una toalla de papel para quitar cualquier resto de piel o semillas. - Rellenar los chiles:
Desmenuza el queso Oaxaca y utiliza este queso para rellenar cada uno de los chiles. Asegúrate de rellenarlos generosamente, pero sin romperlos. Si es necesario, puedes cerrar los chiles con un palillo para mantener el queso en su lugar mientras los fríes. - Preparar el batido de huevo:
Separa las claras de las yemas de los 5 huevos. Bate las yemas con una pizca de sal. En otro recipiente, bate las claras hasta que estén a punto de turrón, es decir, bien firmes y esponjosas. Una vez que las claras estén listas, mezcla las yemas con las claras con movimientos envolventes, procurando que la mezcla quede ligera y aireada. - Empanizar los chiles:
Pasa los chiles rellenos, uno por uno, por la mezcla de huevo batido. Luego, espolvoréalos con un poco de harina de trigo para que se cubran bien. Este paso ayudará a que la capa exterior quede crujiente y dorada al momento de freírlos. - Freír los chiles:
Calienta el aceite vegetal en una sartén grande y profunda a fuego alto. Cuando el aceite esté bien caliente, agrega los chiles empanizados con cuidado. Fríelos hasta que estén dorados y crujientes por fuera. Después, colócalos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. - Preparar el caldillo de tomate:
Mientras los chiles se fríen, pon los tomates, la cebolla, los ajos y una taza de caldo de pollo en la licuadora. Tritura todos los ingredientes hasta obtener una salsa suave y homogénea. - Cocinar la salsa:
En una sartén, agrega un poco de aceite y vierte la salsa de tomate licuada. Cocina a fuego medio durante unos 10 minutos, o hasta que la salsa comience a espesar. Añade sal al gusto para sazonar. El caldillo debe quedar ligeramente espeso y con un sabor profundo a tomate. - Servir los chiles:
En un plato plano, coloca los chiles rellenos y vierte el caldillo caliente sobre ellos. Asegúrate de cubrir bien los chiles con la salsa para que absorban todo su sabor.
¡Y listo! Ahora puedes disfrutar de unos deliciosos chiles rellenos de queso en caldillo de tomate. Este platillo es ideal para una comida completa y está lleno de sabor y tradición. No olvides acompañarlos con arroz o frijoles para una experiencia aún más auténtica.
¡Buen provecho! 🌶️🍽️